Soyaka Osakabe y la maternidad acosada

Cuando la japonesa Sayaka Osakabe quedó embarazada, a los 35 años, su jefe le propuso que dejara el trabajo, algo habitual y aceptado por ese entonces. Ella contraofertó realizar un horario reducido porque tenía el antecedente de haber sufrido dos abortos espontáneos y necesitaba reposo. Ante la negativa de su jefe terminó renunciando. Poco importaron las leyes vigentes. 

La coacción la llevó a judicializar su caso, algo poco frecuente en esa sociedad. Cuando ganó con la indemnización formó un grupo llamado Matahara -acrónimo de “maternity harassment” (maternidad acosada)- para apoyar a otras mujeres en casos similares. Algo había empezado a cambiar en las ancestrales reglas laborales niponas.

Japón está en el puesto 104 en equidad laboral según el Foro Económico Mundial. Una de cada cuatro mujeres tuvo presiones ante la maternidad a pesar de las leyes vigentes de 1986.

La población japonesa envejece. A las autoridades les preocupa la baja tasa de natalidad.