El cromosoma 21, que surge de una división anormal de las células, es la característica del Síndrome de Down. Este cromosoma extra cambia el desarrollo del embrión durante el embarazo generando características propias tanto en el cuerpo como en el cerebro del bebé, y sintetiza proteínas en exceso desarrollando enfermedades del corazón, aparato digestivo y del sistema endocrino. Estimulación temprana, adecuado acompañamiento y educación inclusiva logran mejorar la calidad de vida. 

Hay muchos ejemplos de personas con síndrome de Down que se destacan en diversas disciplinas. Tomaremos uno: Megan McCormick, la primera norteamericana en graduarse a nivel terciario. Lo hizo con honores en la Universidad Técnica Bluegrass Community como Maestra Prescolar. Ella fue criada sin discriminación, respetando cada uno de los retos y aprendiendo a enfrentarlos, según cuenta su madre. “Quiero ser independiente, quiero un trabajo a tiempo completo y quiero conducir mi propio auto. Y quiero trabajar con niños, sirviendo como modelo a seguir para ellos”, dijo al recibirse. Ahora desarrolla su trabajo en una escuela de Lexington de lunes a viernes, y los sábados da apoyo escolar a personas con el síndrome. 

La primera descripción médica de estos casos fue realizada en 1866 y recién en 1959 se descubrieron las causas. Desde entonces lo que ha cambiado es la actitud de la sociedad hacia estas personas, brindando contención y apoyo, pero por sobre todas las cosas, respeto. La mayoría, no todas las personas, algunas tienen discapacidad empática.