El drama familiar y la vida de Viviana Colmenero como trabajadora sexual antes de Gran Hermano

Viviana Colmenero fue una de las primeras ganadoras de Gran Hermano en la Argentina. De hecho fue la primera mujer en consagrarse en el reality, en la tercera edición que se realizó en nuestro país, allá por 2002-2003. Pasaron muchos años desde entonces, pero ella sigue siendo recordada por su paso por el show.

La vida de Viviana fue muy dura desde el principio, recordando que cuando ingresó al reality era trabajadora sexual. Siempre evitó hablar de su vida previo a Gran Hermano, aunque por estas horas estuvo como invitada en Ángel Responde, el programa de Ángel de Brito por la señal de streaming de Bondi, y contó fuertes detalles de aquella época.

El conductor quiso saber cómo era su vida antes de entrar al programa, algo que ella primeramente evitó hablar porque siente que es algo que ya quedó en el pasado. “Yo fui al casting y me preguntaron cosas de mi vida”, comenzó deslizando, entendiendo que la producción del reality siempre indaga por la vida de sus participantes.

Luego, dejando en claro que su trabajo nunca fue su carta de presentación para ingresar al show, agregó: “Conté que vivía con mi mamá, con mis cuatro hermanos y con mi hijo Leonel. Tenía a mi hermano Gustavo, que ahora va a cumplir 51 años, enfermo de HIV, y a mi mamá, que era ludópata y estaba depresiva”.

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“Mi mamá tenía un negocio de antigüedades en San Telmo, mi papá era gallego y tuvo pizzería, pero cuando yo tenía 20 años se fue a España y no lo vi por 28 años. Nosotros vivíamos en Buenos Aires, pero por momentos íbamos a Mar del Plata y vivíamos a una cuadra del casino. Entonces un día vivíamos como reyes y al otro día como mendigos”, siguió.

“Yo me vi en un panorama catastrófico. Quería hacer lo que hacían las otras nenas, pero no podía porque iba a la playa con mis hermanitos y tenía que ir a buscar a mi mamá al casino”, continuó revelando Viviana sobre su turbulento pasado antes de entrar a la casa más famosa.

Y siguió: “Fui virgen hasta los 19, tuve mi primer novio, después al papá de mi hijo, y me encontré con un nene, mis cuatro hermanos y mi mamá en una situación desastrosa".

Contó que trabajaba como promotora hasta que una compañera le pidió que la acompañe a un boliche. “Me pidió que la acompañara a un lugar, fui sin saber y dije ‘¿qué es esto?’ Era como una taberna griega donde había personas bailando y tomando. Fue la desesperación de llegar a mi casa con soluciones”, se sinceró.

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“En mis primeras veces era tan inocente que, cuando alguien me invitaba a tomar algo, le decía que no tenía experiencia... Hay tanto morbo ahí que les gustaba más, entonces me regalaban dinero por tomar algo nada más. Y siempre trataba que todo me fuera lo más leve posible”, siguió.

“De hecho, lo logré en un montón de oportunidades. No sé si tengo mucho argumento o si trato de entender lo que necesita esa persona más allá de la relación sexual que lograba envolverlos para que no me tocaran”, aseguró, revelando lo mal que la pasó en varias ocasiones. Y sentenció: “Con el tiempo aprendés una técnica que es como muy profesional. Es como un trámite, pero el secreto está en no hacerle sentir eso a la persona”.