Andrea Mwalula es una jubilada de Zambia que dio un giro en su vida. Luego de una experiencia internacional en educación (Zambia, Kenia, Tanzania y Camboya) durante más de 20 años en el Bachillerato Internacional (IB) y como miembro de la Red de Educadores del IB (IBEN) regresó en 2016 a su país. Quería modernizar la educación, más propia del siglo XVIII, según sus propias palabras. “Pocos asumimos el riesgo de cambiar las cosas”.

Una curiosidad es que Andrea nació en Eslovenia, su padre fue uno de los estudiantes africanos que llegaron a Yugoslavia en 1961 en donde se doctoró en metalurgia, se casó con una eslovena y tuvieron cuatro hijos. Vivieron un tiempo en Escocia y finalmente se instalaron en 1975 en Zambia. Andrea se graduó en arte y psicología, hizo una maestría en ciencias interdisciplinarias con énfasis en liderazgo educativo en la Universidad Estatal de Buffalo de Nueva York.

Ella se enfocó en un grupo vulnerable. Creo un centro de aprendizaje para niños con cáncer llamado Twende Education for All (TEFA) en el Hospital Universitario en Lusaka, la capital, el más grande del país. La tasa de niños que mantiene el tratamiento es baja, de solo el 8%. La mayoría lo abandona en parte por falta de apoyo. La iniciativa busca que los chicos no pierdan la continuidad educativa.

El punto más conflictivo fue conseguir la financiación necesaria. Ella dispuso de la mitad de sus ahorros y con ayuda de los padres pudieron solventar a dos docentes para cubrir 65 estudiantes. Buscan extenderse a más pacientes. “En los momentos más difíciles, solo tengo que mirar a los niños. Pueden ir con sondas en brazos o pies, pero sus ojos están llenos de amor, esperanza, alegría y risas, pese a todo lo que están pasando” se alienta.

Su programa se basa en la importancia de las artes, integrando música, teatro, danza, artes visuales y artes creativas y para ello cuentan con bailarines, cantantes, modelos, diseñadores y artistas, todos voluntarios. “Veo el entusiasmo y el amor de los niños por aprender, sus logros y talentos. Me dan el impulso y la fuerza para continuar”. ¿Volverías a Eslovenia, a Europa?, le preguntaron: "Hay algo en África. Una vez que vienes, nunca quieres volver".