Acaba de fallecer a los 93 años Noemí Labrune, mucho más que una referente de los derechos humanos. Estudio Filosofía en la UBA y se doctoró en la Universidad de París. Al regresar se dedicó a la extensión universitaria con un proyecto de educación popular para adultos en la isla Maciel. Cuando la dictadura de Onganía intervino la universidad y se desató la Noche de los Bastones Largos, ella se sumó a los más de mil profesores e investigadores que presentaron la renuncia. 

En 1972 se fue a vivir a la villa de El Chocón (Neuquén) junto a su compañero y a su hija. Allí conoció al obispo Jaime de Nevares durante las huelgas obreras. Dos años después se afincaron en Cipolletti en una casa en el barrio Rosauer. Apenas aconteció el golpe de 1976 fue convocada a conformar la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH, regional Neuquén). Desde entonces documentó los casos de desaparición de personas en la región, la llamada Subzona 52. También colaboró con la fundación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) e hizo la presentación ante la OEA en 1979.

Durante estos 40 años de democracia se dedicó a colaborar con la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), acompañar las luchas sindicales de la región, sobre todo en relación a las condiciones del trabajo rural, la situación de los inmigrantes, a reclamar los derechos de los pueblos originarios, en pedir justicia por el asesinato del maestro Carlos Fuentealba. Escribió el libro “Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén” (1988). Recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo 2016). 

En el 2015, en común acuerdo con su hija Albertina, donaron su vivienda a la UNCo para que se transforme en una vivienda estudiantil. “La casa de Leticia” se denomina en honor a la estudiante Leticia Veraldi de 17 años desaparecida de ese hogar en 1977. Las condiciones que pusieron fueron que sea destinada a estudiantes de carreras afines al cuidado de la salud y el medio ambiente que no tengan recursos. La universidad deberá elaborar un programa de concientización en defensa de los derechos humanos, políticos, sociales, económicos, culturales y del medio ambiente. Por último, que la vivienda sea autosustentable. 

Llamaba la atención por su pequeño tamaño y aspecto frágil, envuelta en un poncho de lana. Su constancia, valentía y tesón lograron que se llevaran a cabo siete juicios orales y públicos a los represores con un total de 72 condenas. Una vida comprometida y coherente.