MUJERES QUE TRANSFORMAN

| 26/09/2023

Marta Peirano y la "prisión" de Internet

Marta Peirano y la "prisión" de Internet

Los usuarios de internet están expuestos, aun si se esconden detrás de un perfil falso. Las principales plataformas recopilan toda la información por insignificante que parezca, como por ejemplo cómo se mueve el mouse mientras se lee una nota como esta. Esto genera patrones de conducta que los algoritmos procesan para pronosticar los pasos que los usuarios van a dar. Saben más de nosotros que nosotros mismos. Los ejemplos más burdos remiten al consumo, pero los más complejos muestran cómo se cambian voluntades. Así muchísimos internautas creen en noticias falsas, opinan con impunidad y terminan siendo útiles a quienes los dominan. Este les hace creer que son más de lo que son.

La periodista española Marta Peirano se dedicó a investigar sobre tecnología digital. Su libro “El enemigo conoce el sistema” (2019) sobre el capitalismo de plataformas y la incidencia en las campañas políticas agotó más de 11 ediciones. Allí explicita cómo los gigantes tecnológicos generan adicción a la vez que nos espían, recopilan datos y proyectan conductas.

Cuando Internet se empezó a popularizar se vislumbraba la distribución horizontal de conocimiento, la ampliación democrática de las ideas. Peirano sostiene que poco tiempo después se ha convertido en una herramienta de vigilancia, control y manipulación de las personas. La pandemia aceleró los tiempos y cada plataforma aporta lo suyo. Amazon a través de Alexa, Google en todos sus productos incluso los destinados a educación, Facebook y Twitter mostrando a cada usuario noticias compartimentadas a través de sus algoritmos, y WhatsApp y Telegram expandiendo noticias falsas. Empresas como Cambridge Analytica aprovechan todo esto y generan tendencias en el campo electoral. La generación de una realidad fragmentada torna incierta la democracia y el consenso social, exacerba las posiciones rechazando cualquier acuerdo.

La irrupción del metaverso y de la inteligencia artificial amplían este horizonte infinito. Los datos biométricos ajustarán aún más los parámetros para saber nuestro grado de satisfacción o de rechazo ante cualquier estimulo, logrando un presente distópico donde no pueda haber disidencias. Claro está que esto arranca desde la predisposición de cualquiera de los usuarios a los impulsos de odio. Los trolls son más efectivos que los boot e incluso algunos aportan su rencor de manera vocacional. En sus palabras: “Cuando tuiteamos constantemente en realidad estamos diciendo: ‘estoy aquí, estoy aquí, estoy aquí, soy yo, soy yo, soy yo’. Porque sentimos que si no lo hacemos, desaparecemos”.

Marta Peirano sigue investigando. Fundó la revista Campobase y el periódico ADN, es jefa de redacción en eldiario.es, escribe artículos para diversos medios y ha publicado varios libros. Su charla TED “Por qué me vigilan si no soy nadie” ha superado los cuatro millones y medio de visitas. Su cruzada es porque en estos momentos Internet no nos está haciendo libres.

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