La censura es un rasgo distintivo de cualquier gobierno autoritario. Le temen a una canción, a una película, a un libro, como si fuera una amenaza. Nayib Bukele, presidente de El Salvador, acaba de solicitar que cancelen la presentación de un libro en el XX Festival Internacional del Libro de Guatemala (FILGUA), donde El Salvador era el país homenajeado, con la amenaza de quitar el patrocinio a dicho evento. Es la feria más importante de Centroamérica. Los organizadores cedieron un día antes de la inauguración a la petición. El pedido fue hecho de manera verbal por el embajador salvadoreño y no hubo comunicación oficial.

El libro en cuestión es “Sustancia de hígado” escrito por Michelle Recinos. En él hay un cuento llamado “Barberos en huelga” que retrata un país ficticio que está militarizado, lleno de presos sin causas ni procesos justos bajo un régimen de excepción. Los condimentos son la violencia estatal y la indiferencia ciudadana. Hay madres que deben vender a su bebé, empresas que lucran con el sufrimiento de las víctimas, fosas comunes, desaparecidos, corrupción y doble moral. En sus propias palabras “El libro está cargado de crítica social y no solo hacia un sector”. El gobierno lo tomó como si fuera algo personal. 

No hubo comunicado oficial de los organizadores ni del gobierno por este cruel acto de censura. Queda de manifiesto el abuso de poder y lo frágil de la libertad de expresión para los ciudadanos, que no pueden ni expresarse ni leer lo que quieren. 

La escritora de 25 años ha ganado los premios literarios Carátula (2021) y Monteforte Toledo (2022) por dos de sus cuentos contenidos en el mencionado libro. La medida es increíble y logra el efecto contrario. El libro se publicó en España y desembarcará en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela a fin de año. Además será presentado en la Feria del Libro de Guadalajara (México).

Bukele implanto el régimen de excepción el 27 de marzo de 2022 por decreto. Lo ha prorrogado unas 15 veces desde entonces. Unas 70.000 personas han sido puestas en prisión sin juicio ni garantías. 152 presos han muerto bajo custodia estatal. No pocos opositores han sido perseguidos. No hay que descuidarse ante estos asaltos de autoritarismo.